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Enclaustramiento

El dolor del batacazo ha remitido un poco, aunque todavía no estoy para muchos saltos. De todos modos, por si acaso, he pasado el fin de semana sin moverme de casa. No he salido ni para comprar el periódico. Dos días en bata, pijama y sin afeitar. Estoy metido hasta arriba en el libro sobre Morris. Parece que estuviera haciendo otra tesis doctoral. Lo peor es que, más que escribir, lo que estoy haciendo es borrar. Es un librito pequeño y tengo que reducirlo todo a su forma más básica y simple. Cada párrafo es una síntesis de cuatro o cinco libros. Me está saliendo una cosa infumable. Lo peor es que tenía que haberlo entregado ya, y un día de estos no me extrañaría que el editor entrase por la ventana para llevarse el manuscrito esté como esté. Mañana pediré una nueva moratoria, aunque, más que morada, la cosa pinta negra. Lo único que me consuela es que ya he terminado las clases y puedo concentrarme por completo en la tarea. Dios dirá.

Comentarios

  1. Me encantaría tener esa capacidad para encerrarme y poder dedicarme a algo olvidando todo lo que me rodea.

    Un saludo. Ánimo

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  2. Leer y escribir, que buena ocupación para los que gozan del tiempo suficiente. Con tus regulares contactos con el suelo y todo, es una suerte la tuya...

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