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Tocar

El sábado por la noche disfruté como un crío con el piano. Disfruté tanto que creo que se me fue la mano y aburrí hasta al de la moto. Como tengo poco repertorio, tuve que repetir lo mismo tres veces. Pero como todo estaba oscuro y no veía nada (casi ni las teclas del piano), no me importó y toqué como un poseso, lo mismo una y otra vez. Una repetición que por momentos me recordó (salvando las distancias, por supuesto) a las vejaciones de Satie, aunque aquí los castigados eran los asistentes. Lo peor del asunto es que, a pesar de los pesares, al acabar una de las tres sesiones de matraca, alguien se acercó en la oscuridad y me propuso otro evento para tocar, ahora en Molina, durante una performance el próximo mes. La cosa se me comienza a escapar de las manos. Un día de estos me voy a encontrar como el pianista de Eyes Wide Shut, tocando con una venda en los ojos en algún tipo de logia orgiástica. Espero entonces acordarme de la contraseña para poder salir.

Comentarios

  1. Unas cosillas mías que desarrollé hasta desesperar el personal. Nada importante. Además, como me han dicho, recordaba demasiado (salvando las distancias) a Michael Nyman, Philip Glass y Wim Mertens, pero más pasteloso. Lo podría llamar "Minimalismo sensiblero".

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  2. Se me ocurren pocos mejores a los que parecerse...

    Ah, cuando te llamen para el sarao ese que dices de los ojos vendados avisa...

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  3. "Fidelio". Pero, ¿y la contraseña de dentro de la casa? Je, je, jeeee.

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