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Columna SK: Ur-iPad

Para los que no lo hayan leído en SalonKritik, os copio aquí la columna del pasado domingo:


Ur-iPad. Ciencia-ficción y retro-tecnología

“Lo viejo nunca se separa tajantemente de lo nuevo; más bien este último, tratando de separarse de lo ya obsoleto, renueva los elementos arcaicos, ur-temporales. Las imágenes utópicas que acompañan la emergencia de lo nuevo siempre retroceden paralelamente al ur-pasado. En el sueño en el que cada época ve en imágenes la época que sigue, las imágenes aparecen unidas a elementos de la ur-historia”.
—Walter Benjamin


Marcando el tiempo

Uno de los principios de la ciencia-ficción, ya sea ésta fílmica o literaria, es la puesta en juego de toda una serie de “marcadores” temporales que sitúan la acción en un espacio-tiempo diferente del presente. Marcadores que, con muy pocas excepciones, suelen estar vinculados con el ámbito de la tecnología, cuyos avances, como ha sugerido Bernard Stiegler, parecen ser hoy el único criterio fijo capaz de decirnos lo evolucionada que está una sociedad. Coches que vuelan, frigoríficos que hablan, pantallas incrustadas en la piel —nunca creencias, estructuras sociales o modelos políticos— serán los elementos que “coloquen” una determinada acción en el mundo posible imaginado. Estos marcadores tecnológicos son literalmente la “puesta en escena” del futuro, el atrezzo de los tiempos venideros. Un atrezzo al que muchos autores suelen dedicar incluso más atención que a la propia trama, construyendo el mundo a través de sus objetos.

Como se ha observado en más de una ocasión, mucha de la tecnología soñada por el cine y la literatura se ha hecho realidad. Algunos futuros tecnológicos se han cumplido: comunicaciones entre lugares distantes, pantallas parlantes o cámaras de vigilancia han acabado convirtiéndose en elementos de nuestra vida cotidiana. Seguir leyendo...



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