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Yo también hago listas, aunque sean cortas: mis tres mejores libros de 2014

Por supuesto, faltaría más, aquí también habrá que hacer listas. Lo mejor de 2014. Tendría que decir: mucho. Porque en 2014 me he dejado las retinas a base de bien. He leído todo lo que ha caído en mi mano. Y puedo decir, así, a bote pronto, que ha sido maravilloso. Es cierto que a mí me gusta casi todo, que aprecio que alguien se ponga a escribir un libro en lugar de hacer cualquier otra cosa y que quizá por eso suelo ser bastante generoso con mis comentarios. Pero es que el hecho de que un tipo se siente a escribir una novela, por ejemplo, que se deje la piel y emplee meses y años de vida en crear algo que la inmensa mayoría de la sociedad considera una puta mierda, me parece absolutamente encomiable. Y que encima lo haga relativamente bien creo que es para poner un pedestal.

Suelto todo este rollo para decir que en 2014 se han publicado muchas cosas buenas. Y que me costaría trabajo quedarme sólo con algunas. Pero si alguien me dijera que me decidiera por tres libros que me han parecido de matrícula de honor, de esos que uno recuerda para siempre y que va a recomendar, regalar y sugerir a sus amigos una y otra vez, entonces, sin necesidad siquiera de justificar por qué, diría que son estas tres obras maestras:


Hillel Halkin, ¡Melisande! ¿Qué son los sueños? (Libros del Asteroide)


Sergio del Molino, Lo que a nadie le importa (Literatura Random House)




Fabio Morábito, El idioma materno (Sexto Piso)





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