Otra vez echo la tarde en un tanatorio. En los últimos meses no doy la ida por la venida. Lo peor de todo es que me parecer haber comenzado a desarrollar una capa de impermeabilidad ante el dolor ajeno que me lleva a estados de ataraxia ciertamente preocupantes. Supongo que la psique se defiende como puede, y a veces el sacrificado es el sentimiento de empatía.
Cuaderno de bitácora de Miguel Ángel Hernández. Reflexiones apresuradas sobre arte, literatura y cultura visual.
Miguel, yo creía que a base de tantos Tanatorios me haría duro, mentira cada vez estoy más blando y siento más, ¿será que se acerca la ceremonia propia?
ResponderEliminar¿Quién ha sido esta vez?
De alguna forma tienes que autoprotegerte... animo.
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