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Septiembre

Ya se ha acabado lo bueno. La tranquilidad del verano, la concentración, el aislamiento, la sensación de que uno puede leer y escribir sin ser interrumpido... todo llega a su fin con el puñetero septiembre. De todos modos, con la que está cayendo, no me voy a quejar. Afortunado soy de tener trabajo y que además trabajar en lo que me gusta. Además, este año he concentrado todas las clases en el segundo cuatrimestre, y en el primero me voy de Visiting Scholar a la Universidad de Cornell, a Ithaca, a la de Nueva York, no la de Ulises, aunque también está bien lejos y no sé cómo llegaré. En tres semanitas, cruzaré de nuevo el océano para intentar aislarme una vez más y seguir investigando y escribiendo. Esta vez, sin embargo, me temo que el aislamiento será menor que en el Clark Institute. Ithaca es también una ciudad pequeña en torno a una universidad, pero intuyo que habrá algo más de vida que en Williamstown, donde había una calle, tres restaurantes y un cine en el que ponían películas muy raras. Eso sí, frío hará el mismo o más. En la ribera al lago Cayuga tiene la pinta de hacer una rasca que me va a hacer olvidar –y echar de menos– el agosto murciano.

Comentarios

  1. La Odisea, pero al revés. Ulises regresa a Ithaca y Penélope se queda en no se sabe dónde.

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  2. Sí la tranquilidad del verano: los nenes, las mamás, las pelotas, los patines, las bicicletas, los karaokes, las verbenas...ya se acaba lo bueno. Marta

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